El escenario externo continĂșa siendo la principal fuente de riesgos para la estabilidad financiera local. En un contexto donde las condiciones financieras globales continĂșan estrechas, persiste la incertidumbre acerca del inicio y velocidad de la reducciĂłn de la tasa de polĂtica monetaria en EE. UU., lo que ha afectado las tasas de mercado de corto plazo y puede generar correcciones abruptas de las elevadas valoraciones que muestran algunos activos financieros. Adicionalmente, las tasas de largo plazo permanecen en niveles elevados y los riesgos en torno al endeudamiento soberano son relevantes a nivel global. El desfase entre los ciclos econĂłmicos de economĂas emergentes y desarrolladas, los elevados niveles de deuda y las vulnerabilidades en segmentos de los mercados de crĂ©dito pueden estrechar aĂșn mĂĄs las condiciones financieras para los emergentes. Las tensiones geopolĂticas mundiales se mantienen elevadas y sus potenciales efectos sobre la inflaciĂłn contribuyen a aumentar la incertidumbre respecto del curso de la polĂtica monetaria en las economĂas avanzadas.
En lo interno, la economĂa ha resuelto los significativos desequilibrios macroeconĂłmicos de años previos, aunque la profundidad del mercado de capitales continĂșa en niveles bajos. La reducciĂłn de la inflaciĂłn y de las tasas de interĂ©s de corto plazo ha contribuido a normalizar el endeudamiento y la carga financiera de hogares y empresas, en un contexto de actividad crediticia acorde con la evoluciĂłn del ciclo econĂłmico. La economĂa estĂĄ recuperĂĄndose, no obstante, algunos sectores muestran un rezago, lo que ha elevado el impago hasta niveles altos en perspectiva histĂłrica. La banca ha gestionado de forma adecuada y preventiva estos desarrollos, acumulando niveles relevantes de provisiones. Ello le permite, junto con apropiados niveles de liquidez y capital, enfrentar adecuadamente los escenarios de tensiĂłn. Con todo, la banca deberĂĄ continuar preparĂĄndose para los prĂłximos desafĂos que enfrenta, asociados a la convergencia hacia Basilea III. Finalmente, la situaciĂłn macro financiera externa releva la importancia de seguir fortaleciendo la resiliencia de los agentes locales y del mercado financiero.
El escenario externo continĂșa siendo la principal fuente de riesgos para la estabilidad financiera local.
En un contexto donde las condiciones financieras globales continĂșan estrechas, persiste la incertidumbre acerca del inicio y velocidad de la reducciĂłn de la tasa de polĂtica monetaria en EE. UU.
El desfase entre los ciclos econĂłmicos de economĂas emergentes y desarrolladas, los elevados niveles de deuda y las vulnerabilidades en segmentos de los mercados de crĂ©dito pueden estrechar aĂșn mĂĄs las condiciones financieras para los emergentes.
Las tensiones geopolĂticas mundiales se mantienen elevadas y sus potenciales efectos sobre la inflaciĂłn contribuyen a aumentar la incertidumbre respecto del curso de la polĂtica monetaria en las economĂas avanzadas.
La economĂa resolviĂł gran parte de los desequilibrios acumulados en años previos, pero algunos sectores muestran un rezago en su recuperaciĂłn.
La inflación tuvo un råpido descenso desde los måximos de 2022 y se ubica en niveles cercanos a la meta de 3%. El gasto interno se ajustó, disminuyó el déficit de la cuenta corriente y la brecha de actividad se redujo.
Los indicadores financieros de las empresas que se financian con la banca local presentaron una leve mejora. No obstante, ciertos grupos se encuentran rezagados en su recuperación, como las empresas de menor tamaño, las que obtuvieron créditos Fogape-Covid y de los sectores Comercio, Construcción e Inmobiliario, lo cual ha llevado a aumentos en su impago.
La situación financiera de los hogares también se ha ido estabilizando, en un contexto de aumento de los ingresos y reducción de la carga financiera, dadas las menores tasas de interés en créditos de corto plazo.
La banca se encuentra con niveles apropiados de liquidez y capital, lo que le permitirĂa enfrentar adecuadamente los ejercicios de tensiĂłn.
La actividad crediticia permanece con dinamismo acotado, acorde con el ciclo macroeconĂłmico local.
Los bancos han gestionado el aumento del riesgo de crĂ©dito acumulando niveles relevantes de provisiones y mayores garantĂas.
Con todo, la banca deberĂĄ continuar preparĂĄndose para los prĂłximos desafĂos que enfrenta, asociados a la convergencia hacia Basilea III.
Se requiere continuar fortaleciendo la resiliencia del mercado financiero.
La situaciĂłn macro financiera externa releva la importancia de seguir fortaleciendo la resiliencia de los agentes locales y del mercado financiero.
La incertidumbre respecto del control de la inflaciĂłn y sus efectos sobre la polĂtica monetaria en EE. UU., junto con otras fuentes de riesgo, hacen prever que las condiciones financieras pudieran mantenerse ajustadas por un tiempo prolongado.
A nivel local, la resoluciĂłn de los significativos desequilibrios macroeconĂłmicos ha permitido mejorar la posiciĂłn financiera de los agentes locales, aunque ciertos sectores permanecen rezagados.
La profundidad del mercado financiero continĂșa en niveles bajos, lo que ha reducido la capacidad de la economĂa para amortiguar shocks externos. AsĂ, se requiere continuar fortaleciendo la resiliencia del mercado financiero.
Fuente: Banco Central de Chile.
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