La literatura sobre bienestar financiero usa diferentes términos para "diferentes dimensiones y conceptos que describen el estado financiero y los comportamientos financieros de los individuos" (Cox et al. 2009, p. 6), por ejemplo: bienestar financiero, capacidad financiera y competencia financiera.
El bienestar financiero se puede definir como un estado de bienestar emocional y físico, producido por un conjunto de condiciones y capacidades; incluye aprovechar al máximo un ingreso adecuado para disfrutar de una calidad de vida razonable, y contar con habilidades y capacidades para administrar bien el dinero, tanto a diario como para el futuro (MAS 2015).
Están ilustrados por el modelo adaptado del “Money Advisory Service” (MAS) en la figura a continuación; esta adaptación, toma en cuenta el impacto del contexto de política y cambio, así como la capacidad financiera se traduce en bienestar financiero.
El bienestar financiero consiste en dimensiones objetivas y subjetivas. Las medidas objetivas se centran principalmente en los comportamientos de ingresos y gastos en relación con las necesidades, y las medidas subjetivas se centran en si las personas experimentan ansiedad o pueden disfrutar de sus ingresos independientemente de los niveles de ingresos (Cox et al, 2009).
Este modelo muestra cómo el conocimiento, las herramientas, las actitudes y los recursos se encuentran modelados por influencias externas o contexto, que podrían ser positivas, (por ejemplo, una promoción) y negativo (por ejemplo, divorcio), que luego afecta la toma de decisiones y los comportamientos.
Recursos se traduce en la capacidad de acceder a información y orientación asequibles y confiables para ayudar a administrar el dinero y acceder al dinero de la manera más rentable, a través de rutas móviles y digitales.
Actitudes y motivaciones útiles incluye el compromiso de ahorrar, el deseo de evitar la deuda y la voluntad de hacer sacrificios a corto plazo para obtener beneficios a largo plazo.
Herramientas y conocimientos se fundamentan en la comprensión básica de conceptos y terminología financiera: ser capaz de emitir juicios asertivos acerca de los riesgos y beneficios de productos y servicios financieros, así como actuar como un consumidor inteligente.
Fuente: Research report January 2017, CIPD, in partnership with Close Brothers
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