Martin Wolf: Cuando las buenas noticias económicas pueden no ser buenas noticias
El dilema de los bancos centrales es si el optimismo actual es consistente con el retorno de las tasas de inflación al 2%.
¿Ha llegado el momento de frenar el endurecimiento monetario o incluso de invertirlo?
Que la respuesta a estas preguntas sea "sí" es una opinión cada vez más extendida. Ciertamente, los mercados se comportan como si los días del endurecimiento estuvieran contados. Puede que incluso tengan razón. Pero, sobre todo, sólo tendrán razón sobre el futuro de la política monetaria si las economías resultan ser débiles. Cuanto más fuertes sean las economías, mayor será la preocupación de los bancos centrales de que la inflación no vuelva a un estable 2% y que, por lo tanto, sea probable que la política monetaria restrictiva se mantenga durante más tiempo. En esencia, se puede esperar que las economías sean fuertes, que la política se relaje, y que la inflación desaparezca, todo al mismo tiempo. Pero el mejor de los casos posibles dista mucho de ser el más probable.
La actualización de perspectivas de la economía mundial del Fondo Monetario Internacional (FMI) confirma una visión algo más optimista del futuro económico. En particular, se prevé un crecimiento económico mundial del 3,2% entre los cuartos trimestres de 2022 y 2023, frente al 1,9% registrado entre los trimestres correspondientes de 2021 y 2022. Esta cifra se situaría por debajo del promedio de 2000-19 del 3,8%. Sin embargo, dados los enormes choques y los repuntes inflacionarios, éste sería un buen resultado.
Es cierto que se prevé un crecimiento de sólo el 1,1% en los países de altos ingresos durante el mismo período, con un 1% en EEUU y sólo un 0,5% en la eurozona. Pero la economía del Reino Unido es la única en el pronóstico del G7 que se contraerá, en un 0,5%, durante este período. La previsión del Reino Unido para 2023 también se ha revisado a la baja en 0,9 puntos porcentuales. Considérelo como uno de esos "dividendos del Brexit". El Brexit es el regalo que perdura.
Proyecciones.
Sin embargo, lo más llamativo de las previsiones es la fortaleza de los países emergentes y en desarrollo. Se prevé que sus economías crezcan un 5% entre los cuartos trimestres de 2022 y 2023 (frente al 2,5% del período anterior), con una Asia emergente y en desarrollo creciendo un 6,2% (frente al 3,4%); China creciendo un 5,9% (frente al 2,9%); e India creciendo un 7% (frente al 4,3%). Incluso se prevé que China e India generen la mitad del crecimiento económico mundial este año. Si el FMI resulta estar en lo cierto, Asia está de vuelta, a lo grande.
La reapertura de China y la caída de los precios de la energía en Europa se consideran las razones más importantes de la mejora de las perspectivas. También se prevé que la inflación mundial descienda del 8,8% en 2022 al 6,6% en 2023 y al 4,3% en 2024.
El economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, llegó a afirmar que 2023 "bien pudiera representar un punto de inflexión", con las condiciones mejorando en los años posteriores. Pero, sobre todo, no hay indicio alguno de una recesión mundial.
Según el FMI, los riesgos siguen inclinados a la baja. Pero los riesgos adversos se han moderado desde octubre de 2022. Entre los riesgos al alza, pudiera haber una demanda más fuerte o una inflación más baja de lo anticipado. Entre los riesgos a la baja, existen riesgos de peores resultados sanitarios en China, de un agravamiento brusco de la guerra en Ucrania o de turbulencias financieras. A esto pudieran añadirse otros focos de tensión, no sólo Taiwán, sino el riesgo de un ataque al programa de armas nucleares de Irán que desencadenaría un bombardeo de los yacimientos petrolíferos del Golfo.
Algunos pudieran argumentar que se están subestimando los riesgos a la baja para el crecimiento en los países de altos ingresos: los consumidores pudieran retraerse conforme se agotan los fondos que recibieron durante la pandemia. Sin embargo, el riesgo opuesto es que la fortaleza de las economías impida que la inflación descienda hasta el objetivo lo suficientemente rápido. La inflación general puede haber superado su punto máximo. Pero, según el FMI, "la inflación subyacente (básica) aún no ha alcanzado su punto máximo en la mayoría de las economías, y se mantiene muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia".
Fuente: Financial Times, traducido por María Gabriela Arteaga - Diario Financiero.
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